Ayer, en la facultad, subí 14 pisos por escalera.
Llegué a mi clase agitada, colorada y al borde de un colapso pulmonar, pero con la conciencia en paz. Porque no me colé. Había unas compañeras en la fila del ascensor y me ofrecieron subir con ellas, pero a mi me pareció que no. Eso no está bien.
Yo tengo una escala de valores sencilla, básica, elemental. Pero firme.
Y, para mí, la gente que se cuela en las filas no tiene principios: estoy convencida de que con la misma ligereza con la cual se apropian de un lugar que no es suyo pueden mentir jurando sobre sus hijos, traicionar a un amigo de toda la vida, traficar uranio o asesinar a sangre fría.
Cuando soy víctima de uno de estos detestables especímenes la ira me invade. Sin embargo, lejos de armar escándalo y manteniendo la magnanidmidad que me caracteriza, sublimo. Y reflexiono. Y llego a conclusiones como éstas:
-Las viejas resecas con olor a talco que creen que por tener apariencia de momias son dueñas de mi tiempo y se adelantan retrasando mi turno en el colectivo o en la verdulería seguramente son suegras malditas, madres de esas que trauman a sus hijos y esposas insufribles. O están remotamente solas porque nadie las quiere.
-Los caballeros mas o menos jóvenes son ansiosos porque sufren una impotencia severa y de larga data. O están apurados porque tienen un trabajo mediocre en el cual marcan tarjeta y les pagan por sus "horas hombre" y no por sus logros, capacidad o ingenio.
-Las mujeres jóvenes son histéricas incurables, mitómanas burdas y eternas fracasadas. Leen Cosmopolitan y comen yogur Ser "Lemmon Pie" para mantenerse en línea. Hablan a los gritos y van gimnasio y a todos lados maquilladas. No se cuelan por falta de tiempo, sino porque, de resultar el procedimiento exitoso, representa una de los pocas oportunidades que tienen de sentir el dulce sabor del triunfo.
-Los hombres grandes no se cuelan. Aunque apenas puedan mantenerse en pie, esperarán su turno
o, gentilmente, nos darán paso.
-Los estudiantes de medicina que se cuelan en el ascensor de la facultad o que "reservan" lugares en los teóricos multitudinarios están destinados a convertirse en médicos mediocres, no tendán respeto por sus pacientes y ejercerán una llana carrera como asesores de Mapfre ART. O serán auditores de la Obra Social del Personal de Seguridad Privado.
Sepan, impíos ciudadanos, que mucho de lo malo que es el mundo tiene que ver con una conducta tan miserable como la que ustedes tienen. Sepan que un día de estos la impunidad se acaba y tendrán el castigo que se merecen. Sepan que su destino es oscuro. Y sepan, infames tilingas con brillo para labios made in "Onda Shop", que mientras ustedes se siguen atiborrando con ese asqueroso yogur que muy lejos está de ser un postre yo como todo lo que quiero porque subiendo estos 14 pisos tonifico mis glúteos y estoy cada día más divina