Breve Refutación del Hombre Perfecto

Yo conocí al Hombre Mas Maravilloso del Mundo. De hecho, tuve el privilegio de salir con él, varias veces. Digamos, eso si, que nunca se presentó completo: cada vez que lo hacía se mostraba de a poco, racionando su encanto y contrastándolo con un montón de defectos que hacían de su don algo aún mas evidente.

Fui testigo de su bondad y hermosura, su compañerismo, su inteligencia y magia, su capacidad para generar momentos increíbles, su entereza y humor, su sensibilidad e inquietud y sus palabras justas.

Lo quise con inocencia, lo quise no lo suficiente, lo quise y lo odio, lo quise y lo quiero, lo quise sanamente, lo quise bien, lo quisiera haber querido.

Me mostró el mundo, al que ví por diferentes ventanas cada vez. Me enseñó palabras, me hizo conocer autores, músicos, pintores, playas, montañas y gente invaluable. Me contó historias y me hizo sentir infinita.

Es que el Hombre Mas Maravilloso del Mundo existe, pero sucede que es tal su inmensidad que no le queda otra que repartirse.