Zorreo Intelectual

Más o menos explotado, más o menos consciente, más o menos efectivo, la mayoría de las mujeres de más de 15 años hemos caído alguna vez en el zorreo intelectual como táctica de conquista. Este método, lejos de lo que el público en general pueda pensar, no se trata de una herramienta evolutista desarrollada exclusivamente por las feas. De ninguna manera. El zorreo intelectual es tan ubicuo y genérico como el deleite que genera una sonata de cello o nuestro amor por Johnny Depp. Es que hasta la más hermosa de las mujeres quiere parecerle alguna vez ocurrente, ingeniosa o interesante al chico que le gusta. Esta estrategia, además, implica sólo un poco de dedicación y un esfuerzo imperceptible, que se minimizan aún más cuando ponderamos el resultado: dormir tapadas por un bíceps grandote, que nos pongan el mejor apodo del mundo ó ser la musa de un mùsico y ganarte así todo el odio de sus groupies.

A propósito, considero a la música es el tema mas antiguo, simple y primitivo del zorreo intelectual. Apenas desarrollamos nuestro nervio auditivo para poder empaparnos de acordes y nuestro sistema nervioso periférico como para agarrar discos o trasladarnos a recitales, este proyecto se hace inminente. Asi, aunque la pulsión de nuestras hormonas adolescentes nos pida a gritos un poco más de Eros Ramazzotti o John Secada, nosotras insitimos en adentrarnos en los caminos del newmetal o del rock progresivo porque nos enamoramos de un bajista en un recital en una ex fábrica de soda. Entonces, dóciles y dedicadas, apilamos discos de Primus, de Victor Wooten, buscamos información en internet y aprendemos a bailar moviendo la cabeza hacia adelante y hacia atrás, por si él llegara a divisarnos. En general funciona hasta que nos empieza a gustar el guitarrista.

Otra forma medio nerd de zorreo intelectual es aprender matemática. No hace falta saber exactamente matemática. No, chicas. Si el galán con el que sueñan es un fisiquito loco tengan a bien de leer un par de libros de divulgación y aprender uun puñado de palabras mágicas. En la época en que a mi me toco vivir todo ésto, los hitazos eran la teoría de las supercuerdas, spines de partículas y las dimensiones múltiples. Con eso alcanzaba. El resto, lo importante, el verdadero conocimiento, lo expondrá él, creyendo que nosotras entendemos algo de lo que dice y que somos inteligentes, cuando lo único que estamos analizando es si le vamos a dejar o no los anteojos una vez que le saquemos la remera.

Si no tenemos la constancia suficiente como para dedicarnos al estudio del tema en concreto, hay dos recursos sencillos que también tienen sus resultados: la confrontación y la coincidencia. Decir "Para mí Aristóteles se equivocó en todo " ó decir "A mí tambien me gusta más Lebron James que Kobe" genera interés y oportunidad para el diálogo (más ejemplos de esta modalidad simplificada de zorreo en los comments de cualquier blog).

A medida que nos vamos poniendo más viejos, los temas clásicos como literatura y pintura empiezan a tener su influencia en el zorreo. Tenemos que tolerar estoicamente exposiciones que son un plomo en donde las señoras miran obras como si fueran aparadores para la casa, ver mamarrachos de compañeros del taller de óleos y soportar las ganas irrefrenables de querer agarrar de los pelos y decirle a la modelo desnuda del curso que es una puta. Pero es uno de los esfuerzos que más vale la pena, te convierten en musa, te pintan de mil formas y logarn que te amigues con esos defectos fìsicos que siempre te torturaron tanto. Los literarios, por su parte, generan el zorreo intelectual mas dedicado de todos, porque con ellos no hay nada que pueda fingirse. Es cuestión de leer y leer y entender lo que lees, hasta que llega un momento que realmente te empieza a gustar. Los niveles de conversación alcanzados son altísimos y pasibles de ser extrañados por el resto de tu vida.

Y asi podría seguir con un millón de ejemplos más. A lo largo de mi pronutario amoroso tuve que ilustrarme sobre fotografía, danza, tecnología, teatro, clown, patología I, animación, derechos del trabajador, timba cubana, nuevas tecnologías, escalada deportiva, mecánica automotriz, básket, rugby, family guy, star wars, etc.

Muchos de esas conquistas no valieron la pena, unos pocas sí. Y siendo perfeccionista tendría que decir que una sola sí. Pero aunque invertí mucho tiempo y neuronas en aprender semejante diversidad de temas, nada fue en vano.

Porque si yo no supiera de guitarristas, alley oops, partículas elementales, historia de las revoluciones, fundamentos de la Iglesia Católica, razas de perros, las letras de los temas de Pantera o qué el acrónimo RSS...entonces, quién sería?