Hay un defecto que hace que me retuerza de la furia y me vuelva estrepitosamente loca, y es la necedad emocional. Me da una mezcla de indignación, lástima y desesperanza. Impotencia también, pero no sé exactamente por qué. Como si una pudiera solucionar algo.
Empezaré diciendo que para que se constituya un amor tiene que haber por lo menos dos: uno de ida, otro de vuelta. Dos personas cuyos sentimientos se alimenten recíproca, equilibrada y sustancialmente. Cualquier derivado errático de este concepto, cualquier vínculo que no cumpla estos estándares, implica no sólo un error, sino una patología grave, una causa de problemas de toda índole, una fuente de lágrimas, un recurso para el odio.
Pero hay personas a las cuales nada de ésto les importa. Algunos creen que está bien fabular, entusiasmarse y esperar abolutamente todo de alguien, aunque no tengan motivos.
De ahi vienen, entonces, expresiones como: "No me lo dice, pero sé que me ama.", "Yo sigo porque sé que su relación no tiene futuro." ó "Vos no entendés porque nunca te jugaste por amor".
Pavadas. No se puede, por ejemplo, amar a alguien cuya vida apenas conocemos. Es un desquiciado quien dice amar a alguien que está de novio o de novia, como también son un delirio el amor en silencio, el amor utópico ó el amor prohibido. Acaso todo eso podrá constituír una obsesión, un proyecto o una esperanza, pero no un amor.
Y el problema del que ama solo, es que no es sólo su problema. No. Ellos se sumen en la más ilógica de las ideas erotomaníacas para, cuando la realidad estalla y se hace evidente con furor, culpar y maldecir al objeto de su obsesión, perseguirlo, amenazarlo y -en los casos más duros - obstaculizar su vida, al menos en el corto o mediano plazo.
Pero hay personas a las cuales nada de ésto les importa. Algunos creen que está bien fabular, entusiasmarse y esperar abolutamente todo de alguien, aunque no tengan motivos.
De ahi vienen, entonces, expresiones como: "No me lo dice, pero sé que me ama.", "Yo sigo porque sé que su relación no tiene futuro." ó "Vos no entendés porque nunca te jugaste por amor".
Pavadas. No se puede, por ejemplo, amar a alguien cuya vida apenas conocemos. Es un desquiciado quien dice amar a alguien que está de novio o de novia, como también son un delirio el amor en silencio, el amor utópico ó el amor prohibido. Acaso todo eso podrá constituír una obsesión, un proyecto o una esperanza, pero no un amor.
Y el problema del que ama solo, es que no es sólo su problema. No. Ellos se sumen en la más ilógica de las ideas erotomaníacas para, cuando la realidad estalla y se hace evidente con furor, culpar y maldecir al objeto de su obsesión, perseguirlo, amenazarlo y -en los casos más duros - obstaculizar su vida, al menos en el corto o mediano plazo.
Cualquiera pensaría, fugazmente, que para ponerse a salvo de estos desvaríos emocionales bastaría con dejar en evidencia cuáles son (y cuáles no) nuestras intenciones tan pronto como sea posible, pero eso da lugar a nuevos cuestionamientos:
-El que advierte que no quiere nada serio es un precavido o un imbécil?
-Qué tanto sufrimiento se ahorra anquilosando una relación desde el inicio?
-En estos casos, el pecado en el que se cae no sigue siendo el mismo, la sordera emocional?
A fin de cuentas, a veces es todo un poco más simple. No estoy muy segura de cuándo es no, eso puede variar y depende de tantas cosas. Pero lo que sí sé es que no hay dudas de cuándo es sí.
Hay aspectos que son rotundamente confiables, porque implican una inmensidad tal que jamás podría ser fruto de la imaginación de una sola persona, son ese instante en que los ojos se convierten en universos que necesitan descubrirse, cuando nos volvemos luminosos y cuando un abrazo es, al mismo tiempo, toda la calma y toda la inquietud del mundo entero.
-El que advierte que no quiere nada serio es un precavido o un imbécil?
-Qué tanto sufrimiento se ahorra anquilosando una relación desde el inicio?
-En estos casos, el pecado en el que se cae no sigue siendo el mismo, la sordera emocional?
A fin de cuentas, a veces es todo un poco más simple. No estoy muy segura de cuándo es no, eso puede variar y depende de tantas cosas. Pero lo que sí sé es que no hay dudas de cuándo es sí.
Hay aspectos que son rotundamente confiables, porque implican una inmensidad tal que jamás podría ser fruto de la imaginación de una sola persona, son ese instante en que los ojos se convierten en universos que necesitan descubrirse, cuando nos volvemos luminosos y cuando un abrazo es, al mismo tiempo, toda la calma y toda la inquietud del mundo entero.
