16 may 2009

El amor y la falta

Buscamos amor para no encontrarnos con la falta ó el verdadero amor se da cuando finalmente la asumimos? Son dos temas que me obsesionan sinérgicamente, el amor y la falta. Pero yo encuentro explicaciones para validar cualquiera de las dos hipótesis: p or un lado, la falta genera deseo y el amor y el deseo se parecen demasiado. Y cuando hay falta de falta, aparece la angustia. Pero también sé, y esto es nada mas que empírico, que cuando aceptamos la falta todo es mucho más fácil, más plácido, más sensato. En los momentos en los que estuve sola, fue hacerme cargo de la falta de otro. En los que estuve de novia, el trabajo consistió en dejar de esperar cosas que no pueden ser. O que solo yo haría. A propósito, tengo una charla con Josesito que ilustra bastante bien este último concepto:

Mel C:
me gustaría un día llegar de la facultad a las mil y quinientas y que me esté esperando con la cena y haya colgado la ropa y llamado al administrador del consorcio para que arreglen la mancha de humedad en la cocina

Betty dice:
es que es asi. Yo estaba re entusiasmada creyendo que me estaba organizando una fiesta sorpresa para mi recibida, pero no. En realidad estará de viaje esa semana, asi que ni fiesta, ni huevos ni nada.

Betty dice:
Y aca puedo pensar que es un hijo de puta

Betty dice:
o puedo pensar que a veces es mejor vivir con unos grados menos de fantasia

Bren dice:
es una eleccion de vida.

Mel C dice:
no, no lo hacen de hijos de puta, yo creo que cuando te dicen "ay, no me di cuenta" REALMENTE no se dan cuenta

Betty dice:
porque en realidad no sé si exista la persona que a Ud. lo espere con la cena o que a mi me organice una fiesta sorpresa

Betty dice:
la unica que conozco que haria algo asi soy yo!!!!

Mel C dice:
AY, SÍ!

Betty dice:
y yo no quiero salir conmigo

Mel C dice:
no, yo tampoco, según me dijeron hablo mucho cuando estoy dormido y tengo un malhumor espantoso a la mañana

Betty dice:
entonces, queda bancarsela. Y NO es resignacion. Es eficiencia sentimental.


(Ahi, por ejemplo, creo que asumí sus faltas. Con todo el esfuerzo y esa sensación de que algo adentro se te muere un poco pero que estás haciendo lo correcto.
Y, por un tiempo, estuve más tranquila. Pero así y todo, no terminaba de entender cuál había sido la moraleja del caso. Está bien ser fantasioso, aunque eso implique negar la falta? O está bien madurar, angustiarse, encontrarla y abrazarla? Qué es más feliz? Lo más feliz es lo mejor? Lo que me haría mas feliz ahora puede tener efectos deletéreos a futuro?)


Dos semanas después de esta charla, cuando yo ya estaba pensando en otra cosa, Andrés me hizo una fiesta sopresa: juntó a un montón de amigos, mandó mails, armó un cartel, encargó comida y bebida. Ahí brindamos por muchas cosas: el título, el esfuerzo, que ahora sí me iban a poder pedir recetas de psicofármacos. También festejamos la amistad, los trabajos y las convivencias nuevas.


Y yo, para mis adentros, brindé además por el amor y la falta. MI falta.