La escena es mas o menos así:
Local de calzado. Liquidación. Yo forcejeaba dulcemente con una bota que decidí probarme.
El vendedor, todo generoso él, me ofrece su ayuda.
Lo espanto porque tengo un complejo importante con mis gemelos ganados a fuerza de años de releves y foundues y odio que me los miren.
vendedor: Ey! qué te pasa?
yo: Nada, es un complejo. Maldita danza clásica.
vendedor: Ah! bailás?
yo: No tanto ahora, cuando era mas chica sí.
vendedor: Y por qué no seguiste?
yo (con ambo): Medicina no me deja mucho tiempo. El trabajo menos.
vendedor: Ah! pero qué ocupada!!! Ni tiempo para tener novio te debe quedar.
yo: Qué? (me choca mucho la gente confianzuda, pero le volví a preguntar porque por ahí se reivindicaba)
vendedor: novio, tenés?
yo: Sí, novio sí. Lo que no tengo es tiempo.
vendedor: Re poco lo ves...
yo: Si, por eso cuando lo veo tengo que estar divina y por eso necesito que estas malditas botas cedan de una vez.
A ver estas otras....
Aia, las dos me gustan. No sé con cuál quedarme. Perdoná la indecisión.
vendedor: A donde sea que estés yendo, vas a llegar tarde.
yo: A mi médica voy, pero estoy en horario.
vendedor: A tu médica? Por? Qué tenés?
yo: ???? ( Lo del novio puede ser, el pibe era vendedor de zapatos y por ahí algunas mujeres les cuentan esas cosas...pero en qué momento se supone que se generó la atmósfera necesaria para comentarle mis problemas de salud?)
vendedor: Tenés una enfermedad o te vas a hacer un chequeo?
yo(pensando en qué divertido sería decircle que tengo un mal mortal y ver su cara): Mnaaaa, siiiiii..chequeo (aunque lo desee con toda mi alma, no me sale ser tan jodida).
Éstas me llevo.
vendedor: Al fin!!!!
yo: Perdón??? Debe haber clientas mucho peores. Yo tardé 15 minutos en total, desde que entré.
vendedor: Está bueno, igual
yo: Ay, pobre. Debe ser terrible soportar mujeres eligiendo zapatos. Más en una liquidación.
vendedor: No, de verdad. Está bueno. Me ayuda mucho para los personajes.
yo: Ah, si. Pago allá?
vendedor (tenaz): Para los personajes me sirve, todo esto
yo (resignada, total hoy, de todos modos, había sido un día malo): Qué personajes? Actuás?
vendedor: Si, eso y escribo también. Por eso esto de la venta es lo mejor que te puede pasar si estas medio así "en el arte".
yo: (la expresión "estar en el arte" me puede, pero MAL) ahhhhhhhhh...mirá qué bueno.
(En este punto ya le tenía tristeza o compasión) Y tenés un blog?
vendedor: No, yo escribo.
yo: En un pago, está bien.
vendedor: Y las otras botas por ahí te las vas a llevar también?
yo: Capaz, por ahí si las cuentas me dan, vuelvo.
vendedor: Bueno, tomá. Cualquier cosa, me llamás (tarjetita del negocio con un número de celular).
Como clienta sos medio indecisa...pero como mina sos copada vos!!!
yo: Ah si! Listo!!!
Por ahí tengo que ser más antipática y proponerme seriamente responder con monosílabos.
O anunciar a viva voz y desde el principio que VOY a llevarme algo para tener que evitar así el galanteo (marketinero?) del vendedordezapatos que más que halagarme hace que me sienta nerviosa, acosada, ruborizada y con ganas de salir corriendo.
Igual valió la pena. Las botas son tan bonitas.
Otra vez me pasó que casi adopto a un vendedor de Frávega, pero eso se las cuento otro día.
10 comentarios:
Primero, no deberían perturbarla los gemelos de danza clásica. A los chicos nos gustan. Y al que no, es porque no entiende nada.
Vamos a lo importante: Los vendedores levantistas. Nunca entendí esa raza. Se dan más en negocios de ropa, pero no descarte que un pibe de Burger le pregunte, después de consultarla por el tamaño del combo, si está de novia o le piropée la ropa.
Debe ser dificil ser mujer con estos sujetos sueltos. Bah! dificil o muy divertido.
slds
y el banco francés sale a hacer esa publicidad sobre los clientes indecisos....y qué hay de este tipo de vendedores??!!!!!!! nadie los va a señalar nunca!!???
qué bueno que lo posteó, es una buena forma de ayudar al mundo!!
Los gemelos son lo más. Una vez leí un estudio que decía que lo que más erotiza a un hombre no son las colas, ni las tetas sino los gemelos. Juro que existe ese estudio (aunque también existirán los que lo contradicen). Yo lo avalo totalmente.
Hace poco me compré zapatos de vestir por segunda vez en mi vida y galantée con la vendedora.
La frase cumbre fue:
"Yo los veo muy punteagudos, son como los de Locomía"
"jajaja"
"Mirá que si me llegan a cargar, voy a volver"
Un pie al aire libre (propio o ajeno) y nos volvemos tarados. Yo creo que los hombres cuando nos sacamos los zapatos, inconcientemente queremos sacarnos todo y lo mismo debe esperar el vendedor de las clientas. No sé, es una hipótesis.
enrico: entienda, mis gemelos no son como los de Dolores Trull, sino como los del Pupi Zanetti.
Si el que me halaga la ropa es un vendedor del Burger, me corto las venas ahí mismo, valiéndome de un aro de cebolla.
Otra cosa que detesto de los vendedores es cuando te dicen : "Llevate los dos!!! Están en súper precio!!!" Y yo sé que el total de mi compra es lo que ellos perciben como sueldo y me pongo furiosa pensando que este mes me quedé sin plata porque se me ocurrió comprarme 3 libros de Medicina Interna.
No me divierte que me hablen con confianza, me ruborizo mucho, me siento incómoda y elijo mal porque me quiero ir rápido.
nef: los de zapatos son los peores. Encima hoye me enteré que en la sitcom Casado con Hijos el personaje de Francella vende zapatos. Si con eso no concientizan a la población toda, yo nada más puedo hacer.
m. Serán lo más, pero a mí las botas de caña alta no me entran por culpa de mis sóleos y los zapatos de taco lo único que hacen es marcarlos más.
Lo bueno es que confraternizo con la población masculina.
Lo malo es porque me invitan a jugar al futbol cuando les falta uno.
Lo que dice de sacarse todo puede ser: el venir a ayudarte a cerrar un cierre mirando así como desde abajo tiene una connotación erótica indudable.
Muy bien! agarró y se compró unas botas y le llevó un tiempillo ;-)
Avanza un casillero.
Monosílabos, la solución perfecta: al final desisten. Vale también para las viejas que te sacan charla en salas de esperas y para todo tipo de boludón pesado que estima que el hecho de compartir la fila del colectivo amerita que pueda sacarte charla y preguntarte cosas íntimas.
¡¡¡Qué mierda te importa a dónde voy y cómo me llamo!!! Me indigna.
lucky: y recién vengo del supermercado. Estuve un rato eligiendo con mi amigo el verdulero las espinacas más lindas. Después de como 10 minutos de revolver cajones, me quedé con dos atados dignos de Popeye. Pude hacer todo esto porque se suspendió una clase de elongación, pero es algo.
minerva: en esas situaciones hay algo mucho mejor que los monosílabos: auriculares y música.
Y si alguien no entiende nada e insiste en hacernos señas, cantamos en voz muy alta y cerramos los ojos.
Si estamos en bancarrota y no tenemos nada para escuhar música no importa: compramos un par de auriculares por 3 pesos y procuramos que el cable quede dentro de la campera o en un bolsillo: nadie notará la diferencia.
A raíz de tu idea de decirle que tenías una enfermedad, te voy a contar una cosa. Disculpáme si queda muy largo, es que me gusta explicar todo.
Cuando anunciábamos que nos casábamos, mi abuela me dijo que me regalaba las alianzas. Pero como vive a 450 km de mi casa, me pidió que fuéramos a una joyería y nos tomáramos la medida de los anulares y se las dijera por teléfono, y ella arreglaba con un joyero allá. Yo no lo sabía, pero de onda en cualquier joyería te dejan probarte el anillero, aún cuando aclarás de entrada que no vas a comprar nada.
Pues bien, esta servidora tiene dedos flacos y huesudos, así que lo que tranca al anillo es la articulación (digamos que el anillo me baila en el dedo). Pero mi media naranja tiene unos dedos de garrote que ni te cuento, así que lo que tranca su anillo es la pulpa.
Me puse el anillero y elegí el que me quedaba más cómodo (talle 8, fijate vos). A mi entonces novio, como a tantos otros antes y seguramente después, se le quedó el anillero trancado. El flor de manazas tenía el anillero colgando de un dedo y no había modo de sacarlo. El joyero, solícito a pesar del mangazo, trató de ayudar y empezó a tironear.
Y aquí, una voz malvada me dijo "hacéle un chiste".
"tenga cuidado que el dedo es ortopédico", le dije.
El tipo se puso pálido y casi se desmayó. No me olvido más del horror de su mirada, aún cuando yo me reí y le dije que era broma, y le pedí disculpas.
Resumiendo: cuidado con los chistes.
vendedores: los odio.
Para mi la zapateria tendría que ser auto-service, como si fuera un gigante tenedor libre. Jamas dejé que un vendedro de zapato me ayude a calzarmelos me da mucho asco que un extraño me toque los pies, prefiero que me toque un goma, te juro, pero los pies no puedo.
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