25 jun 2006

Futuro Perfecto

Un exámen final, el estreno de una obra ensayada con esmero, un partido de fútbol definitorio o el resultado de un sorteo suelen despertar en las personas sensaciones tan intensas como variables, tan generalizadas como íntimas, tan primitivas como eternas.

Así, signos como la ansiedad, el miedo, la euforia y -por qué no- otros mas fisiológicos como la taquicardia y la sudoración en las palmas de las manos se apoderan de nuestra conducta logrando sumirnos en un estado particular, único, singular. Un estado que sin exagerar nos patea nuestro punto de encaje desplazándolo y dejándonos inseguros, débiles y temerosos.

Humanos como somos, no siempre estamos lo suficientemente fortalecidos como para sobrellevar este tipo de situaciones con calma y decoro e, imperfectos al fin, caemos sin remedio en recursos simplistas y mediocres.

Poco importará entonces si somos ingenieros genetistas, instructores de Aikido o Eduardo el almacenero; ningún valor tendrá nuestro patrimonio económico ni el cultural ni nuestros rasgos fenotípicos: de una manera ubicua y sistemáticamente un comportamiento rústico y ancestral se instaurará sin más. Las habrá más o menos respetadas, más o menos reiteradas, más o menos desopilantes, pero sin miedo a equivocarme puedo asegurarles que es significativamente probable que sucumbamos a la tentación de una cábala

El sentimiento cabalístico, es bien sabido, poco tiene que ver con lo racional y lo meditado: diría que es mas bien un hijo bastardo del pánico, del desconocimiento, del descontrol.
Sin embargo, tampoco creo que sea nada más que una mentira.
Mi inquietud y método científicos me llevan a delinear cuatro hipótesis, cuatro categorías, cuatro razones, cuatro respuestas a la pregunta de por qué esta costumbre se mantiene a través del tiempo y por qué ocupa un lugar importante en la mayoría de los mortales.
Hipótesis 1 - Los agnósticos
Esta teoría tiene su fundamento en el Principio de Incertidumbre. Sus seguidores postulan que si es imposible determinar con presición la posición y la velocidad de una partícula, tanto mas imposible será determinar la posición y la velocidad de conjunto de partículas como por ejemplo podría ser una pelota entrando al arco del equipo contrario. Y menos que menos realizando una actividad previa.
Es este el tipo de gente que escupe las velas que su madre enciende para el exámen, pasa desafiante por debajo de una escalera o tiene una velador de caracoles en la mesita de luz, no tanto porque le guste (cuesta creer que esos adornos de verdad sean del agrado de alguien) sino para demostrar que ellos no le temen realmente a nada.
Se ríen de la palabra destino y se sientan con los tarotistas de Plaza Francia para mofarse de ellos y hacerlos quedar en ridículo.
Grado de seguridad en sí mismos: 100%.
Color Favorito: amarillo
Hipótesis 2 - Los creyentes cautos
Ellos saben que el destino no existe, pero la Entropía sí y las cosas que uno haga de alguna manera influyen en el futuro.
Este grupo cree en la justicia universal y está convencido de que si el esfuerzo es de una magnitud suficiente, podrán lograr que se concrete lo que ellos tanto ansían.
Son los que hacen promesas duras, contundentes, como dejar de fumar, raparse a cero, subir el Aconcagua o ayunar una semana.
Grado de seguridad en sí mismos: 60%
Color favorito: verde
Hipótesis 3 - Los practicantes
Basan su manera de actuar en la célebre frase del todavía más célebre Albert Einstein "Dios no juega a los dados".
Creen que el destino está escrito pero que parte de ese texto tiene que ver con sus tips de buena suerte.
De esta manera, ante un exámen por ejemplo, estudiarán la mitad del tiempo y dedicarán la otra mitad a preparar la camisa lila que siempre usan en esas ocasiones, sacarle punta al lápiz que siempre le funcionó para los choices o escuchar el pronóstico del tiempo porque lluvia el día previo siempre significa aprobado.
El problema de estas personas es que si imprevistamente la camisa lila se ensucia, el lápiz es comido por el perro o el Servicio Meteorológico Nacional anuncia un día previo despejado, entran en pánico y deben recurrir a ansiolíticos para calmar su desesperación. El fármaco, claro, afecta también la calidad de su sueño, su capaciadad de concentración y su estado de alerta ; lo que indirectamente repercute en el resultado de su parcial o final. Para mal, obvio.
Ellos, necios y testarudos, atribuirán la falla a la falta de cumplimiento de sus cábalas y no a la depresión de su Sistema Nervioso Central, razón por la cual, para la próxima fecha, buscarán nuevos objetos milagrosos, en lo posible más resistentes.
Grado de seguridad en sí mismos: 30%
Color favorito: lila
Hipótesis 4 - Los fundamentalistas
Los de esta categoría no basan su comportamiento en ninguna teoría o frase científica porque sencillamente desconocen el concepto de ciencia.
El encuentro más cercano que tuvieron con este tipo de conocimiento fue el frasco con porotos germinados que hicieron en su tercer (y último) grado de la primaria, pero eso sucedió ya hace mucho. O fue generación espontánea.
No conciben la idea de universo mas allá de la dieta de la luna y para ellos cada cintita roja, cada ruda macho en el jardín, cada sahumerio, cada lechuza en el "aparador", cada tira de ajo, cada medallita, cada elefante con dólar enrollado en la trompa y cada trébol de cuatro hojas pudriéndose en la billtera es un pasaporte directo a la dicha y la buenaventura.
De todas formas, si algún espejo se rompe o a algún desprevenido se le da por pasar el salero de mano en mano, siempre se puede hacer un hechizo para neutralizar los terribles efectos que esas desgracias podrían acarrear.
Grado de seguridad en sí mismos: No aplica. No tienen la estructura del Yo bien definida.
Color favorito: rojo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me identifico mas con el segundo grupo aunque mi color favorito sea el amarillo. A full con la Justicia Poética, y fiel defensor de que los esfuerzos continuos y hasta en cierto punto mecanizados, llevan a conseguir el resultado que uno desea en el, quizá, 80% de los casos. Pero esta ultima cosa la pensamos la gente que nos cuesta lograr absolutamente TODO lo que nos proponemos, porque Dios en su absoluta ¿sabiduría? nos dio talento y conocimientos en cosas que eventualmente no nos sirven para nada.
También cansado en parte de que las velas prendidas por mi madre, siempre ayuden a otros y no a mí.
Excelente post, y como siempre, cuajando a la perfección en una de tus descripciones.
Seguí Así

Anónimo dijo...

Si algo aprendimos viendo Magnolia es que las casualidades existen y el destino no está predeterminado. Eso y que pueden llover sapos.
Creo que los agnósticos me sientan bien aunque me gusta creer un poco, como para encajar en la sociedad. ah! y el único bochazo de toda la Facu fue cuando me olvidé de llevar el amuleto... cosa e´mandinga?

Unknown dijo...

hola, te convido a leer mis poesias; www.largocaminodelolvido.blogspot.com es la direccion y si estas o estuviste enamorada me interesa tu opinion.

Betty Carol dijo...

fer: haga lo que yo. No le diga a su madre cuando rinda. Si no las velas son inevitables y obligarlas a ellas a que no las enciendan constituye a mi modo de ver las cosas una crueldad que no merecen.

Yo creía en la Justicia Poética hasta que me di cuenta de que a veces me hacía sentir muy infeliz, porque por ahí me desvivía haciendo algo bondadoso y sacrificado para merecer resultados favorables luego y no siempre resultaba.

Ahora soy mas de los tecnicismos.


Enrico: QUE PELICULA. Hizo que me den ganas de verla de nuevo.
Me encanta el personaje de Tom.

Yo soy agnóstica y no creo en cábalas, pero que las hay las hay.

Le cuento, tengo una que es infalible: cuando necesito hablar con el hombre que me destrozó el corazón uso un pañuelo que está buenísimo que le saqué a la tía de una amiga. Y se da un almuerzo, una caminata, un llamado telefónico o un mail, así, de la nada.
Lo malo es que siempre que me ve tengo el mismo pañuelo y debe pensar que soy una mugrienta.

ignaxio: seguro sea spam, pero asocié el tema de convidar con lo de los sapos en la barriga y como enrico hablaba de los sapos ahora me entran las dudas.
Igual lo poesía no me cabe.
Excepto la de dried, que es sublime mal.

Anónimo dijo...

sólo dos cosas:
Si hice que vea de nuevo Magnolia me siento bien.
Los hombres no miramos los pañuelos de las mujeres. Mientras ella se sopla la nariz o limpia sus lágrimas con el pañuelo, nosotros, aprovechamos para mirarle las tetas.
Si, es gracioso porque es real.

Betty Carol dijo...

aunque esté llorando??? Son jodidos, eh.

Igual este pañuelo es TAN pero TAN lindo que hasta me han parado en la calle para preguntarme dónde lo compré.

Igual no voy a ser tan perra de ir a encontrame con un ex con escote.

Y además de todo, tetona no soy. Tengo que asumirlo.

Por lo menos por ahora.

Anónimo dijo...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
»

Andy W dijo...

las cábalas son puras patrañas. la mayoría tienen explicación científica, anyway.